Con seguidor de instagram nos fuimos a
conquistar el sur, y la verdad es que me encantaría decirles aquí (y mas le
encantaría a él), que fuimos a amarrarnos a todas las araucarias posibles,
incluso a hacer participe al mismísimo Caupolicán de nuestras fechorías,
pero
no, no fue posible.
Sin embargo, y como conocen que somos, hicimos uso creativamente de los recursos que se nos dieron, anoche casi follamos con un grillo, pero lo dejamos libre.
Ser silenciosa no es mi mayor virtud, y
debo decir que después de estas vacaciones al menos tengo medalla de bronce en
hacerme la calladita, aunque estoy corriendo unas pajas que azotan los camarotes
contra las paredes de madera y están alertando a toda la región de la araucanía
lo que está pasando.
Dato 1: debo practicar más mi silencio.
Dato 2: seguidor de instagram esta circuncidado (GRACIAS ALÁ POR ESO!!) así que puedo acriminarme contra ese pene y estar segura de que no correrá
riesgos… creo.
Me dediqué a hacer unas calentadas de
sopa dignas de una columna en el Monde, así que cuando estemos en Santiago e
inauguremos departamentos los correazos con hebilla me van a hacer dormir de
guata por semanas, ayayay.
Ayer estábamos nadando en el lago y yo
jugaba como cabra chica,
la verdad es que me gusta mucho el agua, me encanta
estar mojada,
los ojos color miel de seguidor de instagram (desde ahora #Christian)
se llenaban de un fuego azul cada vez que me veía darme vueltas, le encanta
verme jugar.
-“Nunca dejes de hacer como que eres una
princesita”
-“Hacerme la princesa Daddy?, pero si yo
lo soy!”.
Decirle esas cosas significaban al menos
dos de sus dedos metidos en mi vagina donde quisiera que estuviéramos.
En este
caso, el lago había sido el lugar soñado para hacerlo desde que pusimos el
cuerpo en los sures.
Nadamos hasta lo mas al fondo que pudimos
y nos alejamos de la gente “déjame irme dentro tuyo aquí en el agua”, a nuestra
derecha un escuadrón de salvavidas en potencia practicaban no sé que cosa, y
ahí estaba yo, con el pez gordo entre las piernas, literalmente.
Para mi era un juego, una danza
interminable alrededor de su traje de baño que quería estallar, me movía al
ritmo del escaso oleaje y hacía que mi vagina masajeara su glande, ahí, cuando
yo pude flotar me tomó del cuello con ambas manos y me dio un beso, corrió la
parte de abajo del bikini hacia un lado y me embistió como si Poseidón mismo lo
hubiese ayudado en ese momento.
Por mientras yo, disfrutaba del agua al
tiempo que mi vagina abrazaba cada centímetro de su ser, sentía el agua fría en
mi espalda y me echaba para atrás para sentirla detrás de mis orejas, mientras
el entraba en mi cuerpo como lava ardiente.
Me movía con el oleaje mas fuerte,
incluso tragaba agua y se la escupía, el juego era perfecto para el momento y
así camuflar lo que pasaba en nuestras caderas.
Follaría con este hombre en cada clima y
en cada circunstancia.
Cuando terminamos me miró y pude ver
calmar el mar también, “en Santiago te voy a hacer cagar”, estaba advertida.
El día siguió tranquilo, la verdad en
estas vacaciones me enteré de varias cosas respecto a las exes de Christian, o
las ex amantes, como por ejemplo que eran muchas mas de las que él creía, que
una de ellas me conoce tan bien que a veces hasta siento que me la tiro, que un
día había una mina en la playa igual a su ex, que le gustaba que su ex le
pegara mientras tiraban (ahora te voy a sacar la conchadetumadre mientras
culiemos maldito infeliz)
ah, y hubo un día en donde yo estaba preparada para
hacer un africano con una copa de vino y me miro y me dijo “Barbara!” (que como
sabrán después de la aclaración de la washa rica de la oyeweona Dominga Buena
Tela, no es mi nombre porque el mío empieza con G, con GGGGG no BBBBBB) no sé como no me lo pitié,
AUN NO SE COMO NO LO MATO CSM, una vez confundió el nombre de mi ex con el de
su mejor amigo, SI, le dijo Héctor a su mejor amigo.
Bueno, igual sabe que si hubiese
mencionado a otras mujeres, estaría bajo tierra.
Con un gusano.
Comiéndole los ojos.
Así que BARBARO te salvaste esta vez
maldito hijo de la gran…
Volviendo al tema, el día estaba tranquilo, yo caminaba por la
araucanía, cansada de nadar mientras daba a luz en cada momento a su elixir de
vida.
La noche anterior habíamos estado jugando
su juego favorito, ese donde soy una niña indefensa y él el lobo feroz que me
penetra mientras no me doy cuenta, o finjo no hacerlo, y en un momento yo hice un movimiento en falso para él, y logré que esbozara un “perra
culiá” en mi oreja, esa dulce frase de victoria, después de eso me llenó con su
calor, y su pene bombeante me hacia saber que había ganado.
Por lo que al acostarnos, intenté el mismo
juego, hacerme la indefensa siempre termina conmigo amarrada, en ocasiones
sangrando y después con un mcdonald (así que punto para mi), esta vez, y como
compartíamos cabaña, solo podía ponernos con una fiebre que daban ganas de
morir antes de seguir así de calientes.
-“daddy?”
-“que quieres princesa?”
-“nada”
-“cuando lleguemos a Santiago no vas a
poder caminar en una semana maldita”
-“pero yo me he portado muy bien”
-“oh no, te has portado muy mal, andas
saltando como conejita sin que pueda tocarte así que cuando te amarre en mi
escritorio vas a pagar por todo lo que me has hecho”.
Oh no, ese escritorio, ese escritorio
dejaba marcas en mi más fuertes que los latigazos, marcas en las piernas por la
fuerza con la que era embestida sobre él, nunca he sabido como aguanta tanta
agua tampoco.
Ahora esta embalado.
Me duelen los hombros de solo pensarlo.
Mientras me hablaba esas cosas, me miraba
tocarme, y yo seguía insistiendo en mi inocencia, lamió dos de sus dedos y se
desquitó con mi punto G, mientras le hablaba y trataba de no gritar, se detenía justo cuando me iba a ir, me dio vueltas y comencé a moverme, sonrió de oreja a oreja “Esto no te va a
servir esta vez”.
Me dijo eso y logro que mi cuerpo tuviese
una necesidad extrema de tenerlo adentro, arriba, abajo, en mis tetas, en mi
boca, me estaba usando, me agarro del cuello y me hundió la cabeza contra la
almohada, apretó los dientes y con el aire que pudo me dijo unas palabras, “quiero tu cola, y tu no has querido dármela, se supone que tienes
que darme todo lo que te pida”.
Se metió un dedo en la boca y al segundo
siguiente estaba dentro de mi ano.
Estaba ahí moviéndose como él quería moverse dentro mío,
yo a duras penas podía mover mis caderas de arriba abajo, cambió de dedo, “tócate”,
me toqué mientras estaba envolviéndome en el mas dulce y excitante orgasmo,
esos orgasmos que sólo me ha hecho sentir él y que dejan fuera a mi vagina y a
mi clítoris, esos orgasmos donde mi cola se vuelve loca y no puedo pensar, me
apretó fuerte el cuello y me quitó el aire que me quedaba y ahí toqué las
estrellas.
Cuando me soltó y pude volver a respirar
y sentía el calor en mi cara por la falta de oxigeno, me abrió las piernas y
entró con todas las ganas, como si hubiese estado aguantando la excitación de
verme así, yo, tratando de salir de dentro de la almohada, sentía solo un
brazo, las piernas si quiera me tiritaban, la verdad no me di cuenta.
Me agarra del cuello para embestirme y
mete sus dedos en mi boca,
-“eres malo conmigo”.
-“te estás riendo!”
-“si”.
Y como no reírme si tiene la cabeza tan
perversa como yo.
Al rato me salí, y comencé a hacerle sexo
oral, ese sexo oral por el que varios han vuelto, ese que tanto le gusta
“corres unas pajas increíbles”, “la chupaí como ninguna”, palabras que
enamoran.
Como ninguna.
Buenas noches :*